Mi sexualidad es mía.

Es día de hoy escribo esta entrada con un increíble coraje. Vayamos muchos años atrás, cuando mis padres se divorciaron; desde aquel entonces (tenía 9 años) decidí que no quería tener familia. Crecí, me desarrollé y como muchos, comencé a tener una vida sexual y si algo aprendimos de Chicas Pesadas es que si tienes sexo te embarazaras y morirás. Bueno, no, pero ya hablando en serio. A los 19 le pedí a mi madre que me pusiera el implante anticonceptivo, me dio mil pretexto por los cuales no. Un año después le dije a mi padre que me quería operar, su respuesta, negativa también, estuvo llena de argumentos que no pude discutir.


El día de hoy tengo 23 años, después de mucho tiempo comencé una relación y lo primero que me dicen mis padres es que me debería poner el implante para que no vaya a tener un accidente. Quizá les parezca confuso mi punto, quizá no. Soy una adulta, así que por qué mis padres se toman la libertad de elegir sobre mi cuerpo y sexualidad. Recientemente una amiga vivió algo que nadie debería vivir, todo por la falta de ética de un médico, lo cual termino en un fuerte regaño departe de su padre, lo cual no debería ser porque al final del día ella es adulta y tiene la madurez para decidir sobre su cuerpo.


Sé que no somos las únicas y esto me ha dejado pensando en que si hoy en día los jóvenes no tienen conocimientos de los medios anticonceptivos que existen, quizá sea culpa de sus padres, quizá los padres han privado de esta información o de los mismos objetos a sus hijos. Si yo, que soy una adulta que creció con padres médicos, se imaginan por lo que pasan miles de adolescentes quienes sus padres toman las decisiones de sus vidas sexuales.


Es importante que solo nosotros tenemos voz sobre nuestro cuerpo y lo que decidimos hacer con él. No nuestros padres, no nuestra pareja, no nuestro médico, no nadie más. Recuerden, Safety is Sexy.


Besos, 
Paulina.

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