Carta al Amor de mi vida.

Hola, extraño.

Me gustaría decir que es una noche fría y que necesito de tu presencia, pero te seré honesta... no es así.

Hace calor, estoy hinchada porque las últimas 4 horas las he pasado llorando y sorprendentemente no, no te necesito aquí, para que seas mi caballero blanco y me salves.

Te contaré una historia y quiero que al final decidas si eres el amor de mi vida o no.

Fue un 30 de enero que lo conocí y por muy cliché que suene, mi mundo dio vueltas, todo pareció ir muy lento y después todo pareció ir muy rápido. 

Fue un 9 de mayo que me robó el corazón. Yo, quién había dicho que el amor y yo no nos mezclábamos, tuve que tragarme mis palabras y fui feliz. Por primera vez en tanto tiempo fui genuinamente feliz, había conocido alguien que me quería por quien soy, no por la pantalla que pongo frente al mundo. 

Fue un 11 de diciembre la primera vez que tuve miedo. Miedo de perderlo, miedo de que esta fantasía acabara.

Fue un 13 de Febrero que me rompió el corazón.

Fue un 9 de mayo cuándo dije, "esto va a ser diferente" y lo fue, todo parecía solo mejorar.

Fue un 28 de septiembre que mi sonrisa se perdió. 

Hoy, amor de mi vida, te digo que no te deseo, no te quiero en mi vida. 

Si él no fue el amor de mi vida, no tiene sentido. ¿Por qué duele de tal forma?

Es esa clase de dolor que te aplasta el pecho, la clase de dolor que me hace sostener mi inhalador en la mano porque siento que no puedo respirar.

La clase de dolor que me quita las ganas de ver el sol, de jugar con los gatos, de moverme.
Si él no es el amor de mi vida, no tengo interés en averiguar que fue lo que faltó.

Pero si algo aprendí, es que él nunca fue mío, así como tú no lo eres, ni lo serás.

Sonríe y sé feliz.