Ningún error fue cometido.

Día con día nos vemos obligados a tomar docenas de decisiones. Tan grandes como "¿Qué debo hacer con mi vida?" y tan pequeñas como "¿Qué debería desayunar el día de hoy?"
Siendo una persona tan ansiosa, me veía a mí misma agonizando cada día, aterrorizada de tomar una decisión errónea, la cual abriría un agujero negro y me llevaría a una realidad distinta; ó me convirtiera en una persona totalmente distinta. Porque todo esto suena absolutamente lógico, y para mi buena suerte nada de esto ocurrió.


He llegado a un punto en el que no creo en los errores como tal. Aprendí de las experiencias que viví gracias a mis "malas decisiones", y me regocije de las otras excelentes experiencias. Y es que puede que en este momento una decisión parezca tonta, o no la correcta; pero en un futuro puede resultar algo increíblemente bueno. Y no importa que tan pequeña parezca la decisión que tomes, "mala ó buena", recuerda que todo eso, al final, contribuye a la persona que eres, en este momento, y la persona que llegarás a ser.


Si todo falla, no creo que se solucione con un simple "Oops." pero siempre es aplicable.

Arriesga, juega y vive. 

Besos, 
Paulina.
 

Comentarios

  1. ¡Excelente filosofía! Debería ser aplicada siempre por todos ;P

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